¿Sabes esas niñas que de bien pequeñas saben a lo que se quieren dedicar? Bien, pues esa niña no era yo...

Mis padres siempre me han dicho que yo era una niña organizada, estudiante y aplicada. Bueno, y un poco ‘‘marimandona’’. Sin embargo, llegué al último curso de la escuela con 17 años sin tener idea de lo que quería hacer con mi vida laboral. Así, entré en el grado universitario de Nutrición Humana y Dietética en la Universidad de Valencia (UV) en 2013. Sinceramente, no sabía ni lo que era, ni lo que conllevaría, tampoco para lo que me serviría. Pero la realidad es que me sentí bien desde el primer día que entré en la facultad hasta el último. Conocí a unas compañeras, actualmente amigas del alma, con las que compartí momentos únicos y, aunque lo que estudiaba no me hacía tremenda ilusión, me quedé.

Cuando terminé el grado y empecé a trabajar por cuenta propia como nutricionista, mientras a la vez trabajaba en un cine de Valencia vendiendo palomitas (ya sabes, por eso de que el emprendimiento es complicado al principio) me di cuenta de que yo no quería dedicarme a hacer dietas para perder peso. ¿Te imaginas cómo me sentí, tras tantos años de estudio, viendo que no me gustaba mi trabajo?

Cada día que pasaba lo tenía más claro y dudaba si había hecho bien estudiando nutrición. Fue un momento crítico, estaba en ‘‘crisis existencial’’, o eso decía yo por aquel entonces… 

A problemas... ¡Soluciones! Fue entonces, y con esta frase en mente, cuando me enfoqué en un campo específico: la lactancia y la alimentación en la infancia. Me especialicé en nutrición pediátrica mediante distintos posgrados y un Doctorado en Medicina en la Universidad de Valencia, y también me titulé como Consultora Internacional Certificada en Lactancia IBCLC. A partir de este momento mi vida cambió completamente.

Nunca fui consciente de que un trabajo me podía llegar a emocionar y hacer vibrar tanto, a partes iguales, día tras día.

Ya son más de 500 familias a las que he acompañado en su lactancia, para que la vivan de forma satisfactoria mediante el respeto y la empatía, y también en la alimentación de sus hijos e hijas a medida que van creciendo, para que la mejoren y la disfruten. ¿Quién me lo iba a decir?

He aprendido mucho alrededor de esta específica área de la nutrición durante mi especialización tanto dentro como fuera de España. Me siento agradecida por haber podido tener experiencia clínica tanto en la planta de maternidad de un hospital público de Valencia (España), como en la clínica de lactancia y la consulta de nutrición pediátrica de un ambulatorio de Atención Primaria en Salud Pública durante la Estancia Internacional de mi Doctorado, en Santiago de Chile (Chile). También en la UCI neonatal y Unidad de Lactancia de consultas externas del Hospital Público Dr. Peset de Valencia (España) y en el Banco de Leche Materna de Barcelona (España).

Durante mi especialización y los años que llevo trabajando en este campo he alucinado con la naturaleza del cuerpo humano de las mujeres, con su sabiduría, perseverancia e instinto.